¿Qué es el Cristal Negro (Cuarzo Morion)?

Imagina un cuarzo ahumado que ha invernado durante siglos bajo la radiación natural: al final, todo rescoldo de luz desaparece, dejando el morión, una losa de eclipse lunar que puedes sostener. A pesar de su oscuridad, es dióxido de silicio puro endurecido a un robusto Mohs 7, y su opacidad se debe a los restos de aluminio sacudidos por los rayos gamma. El folclore lo calificó en su día de «espejo de bruja»; los practicantes modernos lo llaman cueva portátil donde los pensamientos extraviados resuenan pero no pueden escapar.

Beneficios del Cristal Negro (Cuarzo Morion)

Se dice que el peso de Morion amortigua la estática mental y refuerza los límites personales. Los usuarios hablan de monólogos interiores más tranquilos, de un sueño más profundo en ciudades contaminadas por la luz y de una reacción más calmada ante las noticias perturbadoras. También es apreciada por su «intimidad psíquica», que actúa como cortinas opacas para los mirones energéticos. Tales afirmaciones son experimentales; confía en una higiene tecnológica saludable y en la terapia para la sobrecarga crónica.

¿Cómo utilizar el Cristal Negro (Cuarzo Morion)?

Coloca un trozo rugoso entre el enrutador y el lugar de trabajo; cada vez que pases, toca las frescas crestas y exhala lentamente. Los viajeros pueden guardar una piedra de palma en los bolsillos de la chaqueta; al presionar su lado brillante, el cuerpo se asienta en medio de la multitud del metro. Para escribir un diario de sombras, coloca el cristal junto a una vela; el marcado contraste invita a la honestidad sin espectáculo.

Propiedades curativas del Cristal Negro (Cuarzo Morion)

Negro azabache, a veces translúcido en los bordes afilados. Fórmula: SiO₂ con trazas de Al rodeado de cicatrices naturales de radiación. Principales fuentes: Alpes suizos, Cairngorms escoceses, Goiás brasileño. Asociaciones clave: enraizamiento, integración de sombras, silencio psíquico.

Limpieza y Mantenimiento del Cristal Negro (Cuarzo Morion)

Aclara rápidamente con agua tibia y seca a golpecitos. La luz del sol no dañará el color, pero evita el choque térmico. Para descargar la tensión acumulada, entiérrala toda la noche en la tierra de una maceta: los iones terrosos extraen el exceso de carga. Guárdala en una bolsa de cuero lejos de las gemas frágiles; su dureza puede rayar las vecinas más blandas.