Bueno, si eres capaz de tumbarte bajo las luces de cristal durante 30 minutos completos y calmar tu mente lo suficiente como para dejar de generar constantemente nuevos pensamientos, eso sería lo ideal, pero seamos sinceros: la mayoría de nosotros no podemos conseguirlo ni siquiera durante 10 minutos.
Según Marcel Vogel nuestra respiración es una polaridad. La inhalación contiene una carga negativa y la exhalación una carga positiva, y esto transfiere energía de nosotros a nuestro entorno. Así pues, cuando estamos tumbados bajo las luces de cristal, el campo electromagnético que nos rodea (o nuestra aura) se está llenando con la energía de nuestros pensamientos y sentimientos mediante nuestra respiración. Esto afecta prácticamente a todo el proceso, porque los cristales que tenemos encima están tomando la carga del campo electromagnético que nos rodea (nuestra aura) y reenviando una energía amplificada a nuestros chakras, de modo que, en realidad, cualquier tipo de sentimiento, estado de ánimo y pensamientos que creemos durante la sesión pueden influir en todo el proceso.
- Para la primera prueba decidimos intentar generar pensamientos negativos y tristes pensando en un familiar que había muerto y en lo mucho que lo echábamos de menos. Unos minutos después de pensar en ellos, empezamos a tener la sensación de que se nos entumecían las extremidades.
- Para la segunda prueba queríamos crear pensamientos positivos. Para ello nos ayudamos escuchando algunos discursos de motivación y en pocos minutos nos dimos cuenta de que teníamos la piel de gallina por todo el cuerpo.
Estas dos sencillas pruebas, combinadas con nuestros años de experiencia, no hacen sino consolidar nuestra creencia de que los mejores resultados se obtienen si fijamos nuestra intención para la sesión. ¿Qué queremos decir con establecer nuestra intención? Bueno, ii puede ser diferente para cada persona, pero las intenciones más comunes son cuando la gente pregunta cómo encontrar una solución para una situación vital concreta, una guía universal, una conciencia más elevada, una comprensión más profunda, o simplemente una respuesta a una pregunta que puedan tener. Sea cual sea tu intención, la única persona que puede formularla eres tú. Sólo tú sabes lo que hay en lo más profundo de tu corazón, así que la próxima vez que estés a punto de tumbarte bajo los cristales, escucha esa voz que hay en lo más profundo de ti y establece tu intención de acuerdo con ella, y te sorprenderá lo que sucederá a continuación.
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